Cuando los ovnis no dejan ver el bosque

Extraterrestre

Si solo por amor ya se hacen suficientes tonterías, imaginen todas las idioteces que se pueden llevar a cabo por amor durante una invasión alienígena. Extraterrestre, de Nacho Vigalondo, desvía, por una vez en la historia del cine, el rumbo de los platillos volantes hacia Madrid para contar, a golpe de disparate, la historia de cuatro individuos –tres tipos detrás de la misma chica- que mantienen la apariencia terrícola pero tampoco viven en este mundo. La chica es Michelle Jenner, quien tras su papelón dramático en No tengas miedo, de Montxo Armendáriz, se confirma como una muy digna actriz de comedia, además de un estupendo gancho para todos los que no sean seguidores de @Vigalondo en Twitter ni hayan escuchado jamás la palabra tróspido.

 

A su lado, Julián Villagrán, rostro familiar del último cine español tras su paso por Bajo las estrellas o Azuloscurocasinegro, cuya interpretación despierta risas equiparables a las del Ernesto Alterio del primer El otro lado de la cama.

El menú de Extraterrestre incluye, además, un par de platos para ganarse a los habituales del poshumorismo español, los chanantes Raúl Cimas y Carlos Areces, en la piel de dos personajes que resultan una hábil combinación de lo que ya habíamos visto de ellos mismos en el programa Muchachada Nui y de dos prototipos de inmaduros sentimentales: el que no acepta que su novia no le quiere y el que no acepta que la novia de otro no le quiere.

Porque, pese a su título, Extraterrestre es una estampa de costumbres muy humanas. Por ejemplo, la mentira, que incluye el autoengaño. En la película, que supera con creces absurdas eso tan manido de “disparatada comedia de enredo”, hay trolas para todos los gustos: piadosas, egoístas, cobardes, desesperadas… Al igual que, en ocasiones, los árboles no dejan ver el bosque, esta vez los ovnis impiden que Cimas detecte otra invasión paralela, la del piso de su novia.

Ah, y de postre, la pequeña aunque memorable aparición del cómico mallorquín Miguel Noguera, líder de Vengamonjas, autor de Ultraviolencia y artífice de esa destilación agresiva de humor que es el Ultrashow.

Si algún lector se ha perdido en los nombres y títulos de los párrafos anteriores, que no se desanime; con Extraterrestre no solo se parte de risa, como dijo Carlos Boyero en El País, la parroquia de feligreses de Vigalondo. La primera mitad de la película alcanza tal clímax de humor que a veces cuesta que las carcajadas de la sala dejen hablar a los actores.

Extraterrestre

Probablemente, el boca a boca enmendará el batacazo de taquilla que el film se pegó durante su primer fin de semana en cartelera. De momento, el director cántabro ya ha anunciado en Twitter que en junio se la llevará a Estados Unidos de la mano de Focus Features. A ver si así se enteran de que los ovnis no solo pasan por allí.

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