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Entrevista con Stanley Clarke: «¿Qué 5 álbumes te llevarías a una isla desierta?»

Stanley Clarke
Stanley Clarke
Fotos Por Anna Fuchs
Foto por Anna Fuchs

Eran las 21:00 horas del martes 15 de noviembre. Tras noquear la puerta, ésta se abrió y apareció un tipo bastante alto enfundado en una chaqueta de color metálico y con la cabeza llena de rastas «Tenéis 5 minutos ¿It’s alright?». Era el mánager de Stanley Clarke; toda la banda acababa de llegar hacía menos de media hora desde un hotel situado en el centro de Madrid . Nos trasladamos a los camerinos y Stanley no soltó su instrumento durante todo el encuentro, a veces tocaba mientras hablaba, y hasta parecía querer imitar los tonos de su voz doblándolos con el bajo. Era la hora de exprimir a una leyenda del jazz en 5 minutos.

 

Stanley Clarke, explosión en las frecuencias graves

Stanley Clarke (Filadelfia, 1951) es la principal figura que , junto a Jaco Pastorius, llevó la electrificación del bajo a una nueva cima del virtuosismo y la exploración sonora. Su fama como músico no se basa en sobreponer su habilidad con el instrumento a la del resto de integrantes, sino en crear un atmósfera de comunicación y empatía musical donde cada intérprete haga aflorar su magia. En su universo sonoro no caben egos desmedidos.

La larga trayectoria artística de Clarke bebe de la experimentación sonora, resultando en fértiles proyectos tales como colaboraciones con Stan Getz, Dexter Gordon o Paul McCartney, la banda Return to Forever, integrada también por Chick Corea y Al Di Meola, o la renovada The Stanley Clarke Band. Consigue difuminar así los limites del lenguaje del jazz que confluye con las estructuras del rock progresivo, la composición para bandas sonoras, el groove del funk y los timbres de la fusión new age.

Durante la actuación en el Teatro Fernán Gómez pudimos fundirnos en un ambiente que jugaba con delicados pasajes de contrabajo, juegos de percusión sobre la madera y solos de teclado virtuosísticos que elevaron la sala hasta estallar en un clímax de desiertos flamígeros, glaciares, y «catedrales sumergidas» que podían percibirse con tan solo cerrar los ojos.

 

Foto por Anna Fuchs
Foto por Anna Fuchs

¡Take Five! Entrevista en los camerinos

 

CULTURA JOVEN: Háblenos de The Stanley Clarke Band ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Tiene planes creativos para el futuro?

STANLEY CLARKE: Bueno, tenemos un nuevo disco que pronto verá la luz. Se trata de una muy buena banda, y muy joven. Afortunadamente, estoy de suerte porque todos ellos son virtuosos. Beka es de Georgia, es, ya sabes, un niño prodigio que ahora tiene 20 años. Se lo toma muy en serio, toca desde que tenía 3 años. Michael Mitchell (22 años), el batería, es más de lo mismo. Se hace llamar a sí mismo ‘Black Dynamite’ (Dinamita Negra), toca desde muy joven y es un batería muy, muy virtuoso. Y el tercero, con 30 años, es Cameron  Graves, pero también se le conoce como ‘Planetary Prince’ (Príncipe Planetario). Es un chico realmente interesante y un gran compositor. Compone para mucha gente en Los Ángeles, figuras de la música de allí. Forma parte de un grupo llamado West Coast Get Down, todos ellos crecieron juntos. Así que es un tremendo compositor y es genial tenerlo en la banda.

CJ: ¿Qué 5 álbumes se llevaría a una isla desierta?

SC: Oh, veamos… Me llevaría una disco de John Coltrane, probablemente A Love Supreme. Me llevaría… seguramente un disco de blues, algo de Muddy Waters. Me llevaría también un disco de Debussy, música clásica francesa. Y los otros dos, probablemente me llevase la cosa más dura de heavy metal, lo que fuera. Ni siquiera importaría el nombre, simplemente algo realmente irritante. Y sobre el último, posiblemente me llevaría uno de mis discos. Tan solo para recordarme a mí mismo quien fui.

 

CJ: Una vez me dijeron que el jazz es algo que desde el principio, te gusta o no. ¿Qué opina acerca de este hecho?

SC: No creo que sea algo tan rígido, tan ‘blanco o negro’. Porque la primera vez que escuché la música de John Coltrane, no estaba seguro de si me gustaba. Pero creo… ya sabes, te guste o no, pienso que tiene que ver con la persona. Si eres curioso. Si eres una persona curiosa y tienes mucha curiosidad, digamos, estás interesado en nuevas cosas, lo escucharás con el corazón abierto. Hay algunas personas muy obsesionadas con un solo tema.

Conozco a un tío que dice «sólo escucho metal«, o como esa gente que dice «sólo escucho jazz» o «sólo escucho country«. O en tu caso, conozco gente que dice «sólo escucho flamenco». Y eso mola, está bien… pero hay algunas personas un poco más audaces que probarían algo más. No tanto para ver si les gustaría o no, eso es otro tema. Lo hacen para experimentar, como quien escucha música del Congo. Quiero decir, quizá no vayas a escucharla cada día, pero… chequea lo que te ofrece, eso es interesante. Entonces, hablaríamos como de una inspección; creo que esa es la forma saludable de escuchar. Hay mucha música que escucho y que nunca tocaría, nunca. Ni en un millón de años. Pero me pongo a escucharla, y me siento más rico. Mi experiencia se enriquece. Pienso que si estás obsesionado con algo, tu experiencia vital será más reducida.

CJ: Diríamos que hay que refinar el oído.

SC: Sí, tienes que experimentar, y quizá te encante. E incluso el hecho de escuchar algo, y saber que lo detestas, es mejor que no hacerlo, que no haberlo escuchado. Ya sabes, eso es… terrible. Eso, es lo más parecido a no tener nada.

CJ: En la escena musical actual ¿Qué bajistas destacaría?

Oh me gustan muchos, me gustan todos los grandes: Victor Wooten, Marcus Miller… todos esos chicos. Yo soy como el abuelo, los conocí a todos cuando eran jóvenes. Conocí a Victor Wooten cuando tenía tan solo 7 años; y a Marcus Miller con 14 o 15. Y es genial haberlos visto crecer y convertirse en grandes músicos.

CJ: También conoció a Jaco Pastorius.

SC: Si, Jaco y yo nos conocimos durante nuestros jóvenes veinte. Nos lo pasamos muy bien juntos. Él era un tipo divertido. Desafortunadamente, ocurrió lo de su muerte. De todas formas, ya sabes, me gustan esos tíos, también algunos de los nuevos tíos. Hay un tipo francés llamado Hadrien (Feraud)… no puedo pronunciar su apellido. Y luego hay un bajista chileno que es muy bueno, Christian Galvez. Muy bueno.

 

CJ: ¿Qué espera de la música en este momento de su vida?

SC: Sólo espero que la música afecte a la gente, en un sentido positivo. Ya sabes, vivimos en un mundo que es… extraño. Y siempre que ha habido tiempos extraños, la música ha evolucionado. En Estados Unidos en los sesenta sufrimos la Guerra de Vietnam. Hay mucha música y grupos que salieron a raíz de ello, y que ayudaron a dar forma a cada idea y pensamiento. Pienso que mucha de la música que ha salido en estos últimos 10-15 años está muy basada en bailar, pasar un buen rato, y todo eso. Estaría bien ver a más gente componiendo música que haga a la gente pensar ¡Y podría seguir siendo popular! Quiero decir, esto era muy común en los sesenta. Buena música que tenía buenas letras, un buen significado, y era popular. Pero hacía a la gente pensar, ya sabes, no solo hablaba de drogas, sexo y ese tipo de cosas tan fáciles.

CJ: Finalmente, ¿Puede enviar un mensaje a todos los músicos y bajistas que están intentando crearse una trayectoria musical y vivir de su propio trabajo?

SC: ENCUENTRA-A-UN-BUEN-BATERÍA (risas). Lo siento por la banda, pero la clave es el batería.

 

 

 

Mateu Terrasa Rico

"Se me ha jodido whatsapp otra vez, si alguien necesita algo estaré en la Caverna" - Platón

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