La obra de la artista plástica y escritora neoyorquina Roni Horn (1955), se presenta por primera vez en Caixaforum Madrid, bajo el nombre Todo dormía como si el universo fuera un error, compuesta por una amplia galería de retratos fotográficos, dibujos con pigmentos y murales, que la han convertido en la merecida galardonada del premio Joan Miró 2013.
La exposición, que permanecerá alojada en la segunda planta del museo hasta el 1 de marzo del 2015, muestra el resultado de los años de trabajo de la artista en Islandia y su fascinación por el preservado paisaje, que le ha permitido explorar la esencia de la identidad humana en relación con el lugar que habita. Dicho tema estará presente en toda su obra, manifestándose en el juego de gamas y tonalidades que retratan una misma realidad desde distintas apariencias.
You are the weather, es el nombre que toman las dos series de fotografías complementarias, que se exhiben en salas contiguas. La primera de ellas, es original de 1997, cuando fotografió a su amiga Margrét en primer plano, mientras ésta se sumergía en las aguas termales de Islandia. Catorce años después, en 2011, vuelve a retratar a la misma modelo, para cuestionar el enigma de la identidad capturado a través de una serie de expresiones faciales supeditadas a los cambios de clima imperceptibles.
Horn no pretende resaltar los rasgos faciales. Al contrario. Se trata de fotografías neutras, sin expresión alguna, a través de las que pretende evocar emociones mediante el cuidadoso tratamiento de la luz, la saturación del color, el enfoque y la sutil diferencia de encuadre del rostro en la imagen, para transmitir, inconscientemente, un determinado estado de ánimo desde la misma figura, que atrapa seductoramente al observador, sin dar pista alguna de cuándo ni dónde fue tomada la foto.
La exhibición cuenta también con el mural Her, Her, Her and Her, impresión realizada por la autora en 2002, en los pasillos de los vestuarios de un complejo de piscinas. De la mano de sesenta y cuatro planos, persigue la sombra de una silueta femenina, que se presenta borrosa, oscurecida o reflejada en los rincones de la arquitectura. El uso de la repetición, como recurso para examinar la relación entre la identidad individual y la colectiva, desemboca en el deseo frustrado de descubrir el rastro de una mujer fantasmagórica en un laberinto interminable.
En todo este recorrido por la obra pictórica, puede apreciarse la asociación de Horn al concepto de minimalismo, desde una filosofía que implica el estudio de la relación cíclica entre el ser humano y la naturaleza que le rodea, transmitiendo en todo momento la influencia de dicha naturaleza en cada persona que, a modo de espejo, se proyecta y altera nuestro propio concepto de la imagen.
