Sobre los surrealistas del Thyssen

Dalí
Cuadro Dalí
La persistencia de la memoria, uno de los cuadros más consagrados de Salvador Dalí

Hasta el 12 de enero del año próximo se puede ver la exposición «El surrealismo y el sueño» con obras de pintores de ese movimiento.

En 1924 el escritor y poeta francés André Bretón publicaba en París el primer manifiesto del surrealismo, editado conjuntamente con la revista La Revolución Surrealista.

Este nuevo movimiento heredaba de su antecesor, Dadá, el uso constante de la provocación como actitud intelectual y los materiales de desecho como materia prima de alguna de sus obras.

Sin embargo, a pesar de sus conocidas acciones, los dadaístas no habían logrado hallar el medio de liberar el potencial creativo de la imaginación, de los sueños y del inconsciente.

Existe constancia de que Bretón, considerado como el padre del surrealismo y Freud estuvieron en contacto en diferentes ocasiones, por lo que no es de extrañar que el poeta, tomando como base el libro «la interpretación de los sueños», concluyera que solo accediendo al subconsciente podría ser erradicada la represión ejercitada por las ataduras de la razón.

De tal modo, se convirtió en práctica surrealista habitual el automatismo psíquico puro, con sus diversas modalidades (el dibujo automático, la escritura automática); consistente en dibujar o escribir sin lógica aparente, dejando la mano o el pincel a su libre albedrío.

Al automatismo le siguió de cerca, sobre todo en pintura, la denominada desorientación reflexiva, por medio de la cual las imágenes del subconsciente quedaban fijadas en espacios perfectamente lógicos, pero principalmente, el surrealismo, liderado por Bretón estuvo relacionado con las visiones oníricas y los sueños.

Por lo que respecta a España, esta corriente emparenta con la vanguardia de antes de la guerra civil y contagió a algunos pintores como Picasso, Dalí o Miró.

Y a otros menos conocidos como Remedios Varo.

En Bélgica, René Magritte centró su estudio del subconsciente en la exploración de los objetos cotidianos, a los que asigna en sus creaciones propiedades inusitadas.

Magritte encuentra a partir de 1926 su lenguaje más personal, constituido fundamentalmente por imágenes concebidas al márgen de la lógica pero expresadas con una técnica tradicional.

Por su parte, André Masson, desarrolla en ocasiones una pintura de  técnica puntillista, impregnada de alusiones eróticas delimitadas por líneas sinuosas y frescas, asociaciones de ideas sin lógica.

De todos estos pintores podemos encontrar muestras en esta exposición.

A excepción de Remedios Varo una mujer excepcional, presente en la colección permanente del Reina Sofía.

Teresa Sartorius

Me llamo Teresa Sartorius. Mis aficiones son leer, andar, jugar paddle o tenis,ir al gimnasio, nadar o bañarme, bailar, la ropa y los perfumes, escuchar música pop, el arte, el teatro ,el cine y la ópera. Hablo inglés y un poco de francés. Me gusta viajar de vez en cuando y cuando puedo sobretodo por Europa. Leo la prensa a menudo o siempre que puedo.