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El fenómeno ‘Cover’

Amy Winehouse

Cada vez incrementa más el arsenal de artistas que quieren dedicarse al mundo de la música. El último hit se concentra en aquellos que encuentran una forma de difusión y autopromoción en canales como Youtube o Vimeo y se dan a conocer versionando canciones de artistas de renombre o haciendo un cover  (a veces incluso superando a los intérpretes orginales). Y aunque es cierto que este fenómeno de los Youtubers se ha expandido también a otros campos –desde gente que se graba a sí misma jugando a videojuegos a adolescentes comentando el último libro que se acaban de leer-, en el ámbito de la música los covers han alcanzado un éxito inimaginable.

En un sentido original, el hecho de versionar una canción de otro artista tenía un significado afectivo. Cantantes versionaban a otros cantantes para demostrar su admiración hacia ellos o para homenajearlos. El 20 de abril de 1992, varios artistas se reunieron en Wembley (Inglaterra) para dar un concierto en memoria de Freddie Mercury, líder de Queen, que había fallecido de Sida. Entre las muchas canciones que sonaron aquella noche, la versión de Bohemian Rhapsody interpretada por Elton John y Axl Rose (de Guns n’ Roses), se convirtió en una versión que a día de hoy se sigue apreciando y escuchando con emotividad. Más que por la canción en sí, aquel momento se convirtió en un acontecimiento épico por la afectividad con la que presentaron el tema de su compañero y amigo fallecido. Amy Whinehouse también versionó por el mismo motivo All my Loving, de The Beatles, llevando el tema a su terreno y elevándolo a un nivel excepcional.

https://www.youtube.com/watch?v=czch1XrKSgU

Los artistas emergentes casi siempre arrancaron sus carreras haciendo suyas las melodías y letras de otros en sus audiciones en las compañías discográficas. Esto empezó a convertirse en algo conocido por el público en España con la aparición de talent-shows en la programación televisiva de nuestro país. Primero fue en programas como Lluvia de Estrellas y Operación Triunfo, pero a día de hoy la palma se la lleva La Voz, que además existe en la mayoría de países del mundo. David Bisbal, por ejemplo, dio su primer paso hacia el estrellato versionando Ya no puedo más, de Camilo Sesto, y Chenoa con Last dance, de Donna Summer. De la misma manera y a nivel internacional, el cantante británico James Arthur, que conquistó al mundo con Impossible, versionó en su primera audición para X-Factor UK la canción Young, de Tulissa, alejándose totalmente del estilo de la rapera pero sin perder la frescura original de sus letras. Christina Aguilera ya mostró su potencial en 1989 con A Sunday Kind of Love, de Etta James en un programa de televisión cuando la artista solo tenía 8 años.

Además de utilizar los covers como forma de llamar la atención de cazatalentos y productores musicales, muchos cantantes hicieron de canciones ya interpretadas sus primeros singles, convirtiendo su versión en más conocida incluso que la original. En 1997, Torn, de Natalie Imbruglia, alcanzó el número uno en toda Europa, Estados Unidos y Australia, pero, en realidad, aquella canción ya la había lanzado dos años antes Ednaswap. La versión de Imbruglia, sin embargo, sigue siendo la más conocida a día de hoy y le valió para ser nominada a un premio Grammy. Algo parecido ocurrió en 2005 con Don’t Cha, mundialmente conocida como un tema del grupo The Pussycat Dolls. En realidad, esta canción la había lanzado tan solo un mes antes la artista Tori Almaze, pero al ver el poco éxito que estaba teniendo, Universal Records la expulsó de su productora y dio la canción a la banda femenina. The Pussycat Dolls consiguió vender más de seis millones de copias por todo el mundo y el debut single alcanzó el número dos en Billboard.

A día de hoy, la posibilidad de exhibirse en Youtube es algo que muchos aspirantes a estrella están explotando– Justin Bieber se hizo famoso porque colgó un vídeo suyo en este canal cantando With You, de Chris Brown- y ahora se ha formado una comunidad en torno a estos intérpretes. Entre los más destacados se encuentran Madlyn Bailey o Jake Coco, cuyos vídeos, al principio caseros y de bajo presupuesto, han acabado convirtiéndose en verdaderos videoclips grabados en estudios de alta gama. Sus canales de Youtube cuentan con miles de suscriptores y algunos incluso se han lanzado a sacar sus temas propios. Además, aprovechando la cosecha de seguidores que han conseguido amasar con su talento, varios de ellos se han juntado en más de una ocasión para grabar covers en formato dueto e incluso en grupo. El vídeo de Some Nights, canción original de Fun interpretada por estos versionadores profesionales, ya cuenta con más de 18.000 visitas y Wonderwall, de Oasis por Jake Coco, con casi dos millones y medio. En un mundo cada vez más tecnológico, no será la música la que se quede atrás.

 

 

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