El cielo se congela con Glenn Frey

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Rondaban los años 70 y el pop anglosajón invadía el panorama musical con los Beatles, los Rolling o los Kinks sonando en todo el mundo, Un grupo de rockeros de Los Ángeles con pintas de cowboys empezaba a sonar, tímido, en los escenarios estadounidenses y harían de aquellos años su propia autopista camino a la gloria, se llamaron The Eagles, en homenaje a los Byrds, y en menos de un lustro se convertirían en el grupo de “country” más famoso del planeta.

Aun recuperándonos de lo inesperado de la semana pasada, y sin tiempo para coger aliento, este lunes fallecía a los 67 años otro grande de la música, Glenn Frey, guitarrista y fundador de The Eagles.

Nacido en Detroit en el 48, su talento con la guitarra le auguraba un futuro incuestionable en la música. Pasó de acompañar a Bob Seger en una moderada banda de country a liderar un verdadero grupo de rock americano estilo años 70.

Poniendo la voz en Take It Easy, Tequila Sunrise o Heartache Tonight o a la guitarra en el célebre tema Hotel California Frey tenía una idea muy clara en la cabeza: llevar el country-rock precedente de los Byrds, de influencia más vaquera y aclamado por los “rockeros” de la costa oeste, al público norteamericano en general; una síntesis perfecta del decadente sueño de rock n’ roll californiano. La fórmula resultó y su álbum de debut, Eagles, con su primer sencillo Take it Easy, fue aplaudido por todo el mundo logrando, así, colarse en el selecto grupo de artistas norteamericanos que convirtieron la California de los 70 en un núcleo de culto para la música.

La sintonía de Frey con el batería del grupo, Henley, quedó demostrada en su segundo disco, Desperado, lo que les valió para llegar a compararse con la legendaria sociedad que habían formado al otro lado del charco Lennon y McCartney (sin ánimo de ofender).

Con ese afán competitivo de búsqueda incesante de una alternativa “made in USA” al eterno fenómeno de los Beatles, y como ya se hiciera anteriormente con los Beach Boys o los Byrds, The Eagles se convirtieron en un icono americano del nuevo rock de los 70, con un country más duro,  y una estética muy americana: vaqueros viejos y camisetas raídas. Un rock mestizo de otros géneros musicales que contaba ya con grupos bien asentados como sus coetáneos Led Zeppelin, Deep Purple, Pink Floyd o sus compañeros patrios KISS.

En 1976, aún bajo la etiqueta de “música country” sacaron el single más importante de su carrera que les guardaría un sitio en la Historia de la música americana. Compartiendo título con su quinto disco, Hotel California, una metáfora que representaba la clásica vida de una estrella del rock, supuso una ruptura con la clásica canción pensadas para emisoras AM.

Con 8 meses de trabajo a cuestas, el resultado fueron 6 minutos y medio de duración con una introducción de casi un minuto y dos solos de guitarra cerrando el tema, algo que distaba mucho de los sencillos a los que se acostumbraban a sacar por la AM, esta singularidad fue lo que convirtió Hotel California en una rareza puramente americana, entrando en la lista de las 500 mejores canciones de rock de la historia.

“Los Beatles norteamericanos”, calificados así en alguna ocasión por Billy Joel, también fueron muy criticados por la contracultura de aquellos años, la generación punk y aún más criticados por los auténticos padres del country-rock, siendo acusados por Chris Hillman y Gram Parson, cabezas de cartel del género, de deformadores del country-rock más puro.

Hasta 1980 siguieron sacando discos y haciendo giras, pero nunca tuvieron ni la mitad de éxito que consiguieron en 1977 con Hotel California. Tan solo una década después de que se formara el grupo, se separaron, (como buena banda americano de rock que se precie) por los continuos problemas internos, iniciando, así, sus carreras en solitario que pasaron sin pena ni gloria por el mundo de la música.

En 1994, los fundadores del grupo Henley y Frey decidieron volver a reunir a la banda, lo hicieron con un esperado disco, Hell Freezes Over, titulado así en honor a unas declaraciones que hizo el propio Henley después de la disolución del grupo jurando que no habría un reencuentro con un rotundo “antes se congelaría el infierno”.

Con el infierno congelado volvieron a ser un grupo de grandes audiencias y grandes conciertos, acosados por la nostalgia que quisieron dejar atrás con nuevos trabajos como Long Road Out Of Eden nunca consiguieron desvincularse de su histórico Hotel California, cuyos acordes continúan sonando en todo el mundo mientras sus nuevas obras apenas han dejado rastro.

Ahora, sin Frey, Hotel California nunca volverá sonar igual y The Eagles  nunca volverán a ser lo que fueron, convirtiéndose, así, en aquello en lo que temen convertirse los grandes músicos, viejas glorias.

Viejas glorias que llevaron al límite su fama, aferrándose a lo que ya nunca volverá a ser, atrás quedaron sus años dorados como los de tantos otros, en los maravillosos setenta. Una época que unos se jactan de haber vivido y otros que se lamentan de tener que verlo a través del tiempo, a través de una banda que cantaba sobre el anhelado sueño americano, aquel que todos querían vivir.

Hoy los vivos, vividores y vividos de aquella época lloran la pérdida de este magnífico guitarrista, cómplice de un legado musical irrepetible e inolvidable y que, como dice la canción, Frey -puedes hacer el check out cuando quieras pero nunca te podrás ir-

 

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