DOWNTON ABBEY

Downton Abbey

 Últimamente hay una moda por hacer series de época que traspasa todas las fronteras. Si en EEUU, Mad Men lleva más de tres años trasladándonos a los años 60 y Boardwalk Empire nos ha sumergido esta temporada en los felices años 20. En Reino Unido, la BBC es una auténtica especialista en realizar series de este tipo. Bien, España no iba  a ser menos; en los últimos años casi todos los estrenos de ficción en nuestro país están ambientados en tiempos pasados. La diferencia que hay es que allí se hace Boardwalk Empire o Jane Eyre y aquí La República. Y ojo, que en la serie republicana TVE ha hecho un gran esfuerzo por cuidar la ambientación pero al final es lo que es, un culebrón de época sin más.

 

Volviendo a Reino Unido, hay que reconocer que los británicos son únicos para hacer series o películas de época y lo acaban de demostrar una vez más con El discurso del rey. En los años 70 la serie británica por excelencia era Arriba y Abajo, que mostraba la vida de los señores y de los criados de una mansión londinense a comienzos del siglo XX, siendo la pionera en mostrar estos dos mundos a priori antagónicos pero que muchas veces se entremezclan. En Navidad el estreno en la  BBC del remake de Arriba y Abajo  se vio empañado por la que ha sido sin duda la serie revelación de la temporada en las islas: Downton Abbey, emitida porla cadenaITV.

Un drama de época que cuenta la historia de la aristocrática y adinerada familia Crawley y de su personal de servicio. Con esta premisa es inevitable que recuerde a  Arriba y Abajo pero, aunque es cierto que bebe mucho de esta serie, sobre todo remite a Gosford Park, película dirigida por Robert Altman en 2001 por la que su guionista, Julian Fellowes, ganó un Oscar. Y es que Fellowes es el creador y el guionista de la mayoría de los capítulos de Downton Abbey.

La serie se desarrolla en Downton Abbey, la casa solariega en la campiña inglesa propiedad del conde de Grantham y comienza en abril de 1912 con la noticia  del hundimiento del Titanic. Un hecho que tendrá mucha trascendencia para la familia Crawley, que deberá ceder el condado y su patrimonio a un primo lejano al no contar con un heredero varón, pues los condes de Grantham sólo tienen tres hijas en edad casadera. Las intrigas por ver quién heredará el título, las tierras y el dinero, se entremezclan en los pasillos de la espectacular mansión con las envidias, misterios y romances que vivirán estos dos mundos: los Crawley y sus numerosos sirvientes.

Pero, afortunadamente, no está retratado desde la óptica de los ricos son los malos y los pobres los buenos, sino que hay de los dos en los dos lados. En la serie señores y sirvientes se reparten el protagonismo casi a partes iguales y se muestran las ideas feministas que empiezan a adoptar tanto criadas como damas de la casa; posturas totalmente clasistas como la que representa la condesa viuda de Grantham; o criados conformados con la vida que les ha tocado vivir frente a otros que aspiran a subir socialmente.

El hecho de que sea la serie británica más cara de la historia permite que el vestuario, la ambientación y los escenarios sean impecables, pero lo que realmente maravilla es la actuación del reparto. Un auténtico lujo. En él se mezclan nombres consagrados con otros que inician su andadura interpretativa. El reparto coral está encabezado por Maggie Smith (ganadora de dos Oscar y cinco BAFTA), Hugh Bonneville, a quien la mayoría recordará por ser el amigo mofletudo de Hugh Grant en Notting Hill, Jim Carter (Shakespeare in love) o Elisabeth McGovern  (Érase una vez en América).

En Reino Unido, la emisión del primero de los siete capítulos comenzó en septiembre del año pasado cosechando un gran éxito de audiencia y muy buenas críticas. Tanto que ya ha sido renovada por una segunda temporada y ha sido comprada por varios países. Desde enero se emite en Estados Unidos, aunque en una versión reducida. En España Antena 3 ha sido quien ha adquirido los derechos y lleva anunciando unos días que emitirá «muy pronto» la serie. Pero todavía se desconoce la fecha exacta de estreno ni en qué canal la emitirá, esperemos que emita su versión íntegra y que lo haga en prime time y no la relegue al late night como suele hacer con las series extranjeras.

Y para los que les den pereza los dramas de época hay que decir que esta serie engancha desde el primer momento, ya que el ritmo es rapidísimo, saltándose días y meses en un mismo episodio sin que por ello se resienta el argumento. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle: la banda sonora, el vestuario, la fotografía, la ambientación… y cuenta con muy buenos personajes, muy buenos intérpretes y un gran guión. Sin que por ello deje de ser lo que es: un delicioso culebrón de época al que será muy difícil resistirse.

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