Doscientas velas para Charlotte Brontë

El 21 de abril la escritora inglesa Charlotte Brontë (1816-1855) habría cumplido 200 años. Con motivo de su aniversario, desde Cultura Joven queremos hacer un repaso por su vida y su obra a modo de homenaje a una mujer que, junto con sus hermanas, nos regaló uno de los clásicos de la literatura inglesa, Jane Eyre, considerada también una de las primeras novelas feministas.

“¿Crees que porque soy pobre, poco conocida, poco atractiva y pequeña, no tengo alma y no tengo corazón? ¡Piensas mal! ¡Tengo tanta alma como tú y llena de puro corazón! Y si Dios me hubiera dotado de algo de belleza y mucha riqueza, habría sido tan difícil para ti dejarme, como lo es ahora para mí el dejarte. No estoy hablando contigo ahora por medio de la costumbre, convencionalismos, ni siquiera de la carne mortal: es mi espíritu que se ocupa de tu espíritu, como si ambos hubieran pasado por la tumba, y se situaran a los pies de Dios, iguales, como somos.” Jane Eyre.

Tuvo cinco hermanos: María, Elizabeth, Emily, Anne y Branwell. Al morir sus dos hermanas mayores de tuberculosis y su madre de cáncer, se quedó huérfana y al frente de sus otros tres hermanos (Emily, Anne y Branwell) junto con su padre, Patrick Brontë, un clérigo irlandés y también escritor de poemas y novelas. Se caracterizaba por ser un hombre austero, atormentado por la muerte de su esposa y que trataba a sus hijos pequeños como adultos, resultando ser una influencia decisiva para los mismos. Así, muchos ven reflejado en el señor Rochester de Jane Eyre, la figura del padre de Charlotte.

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Crecieron en Haworth, un pequeño pueblo de Yorkshire donde las hermanas comenzaron a crear sus mundos de fantasía, como los reinos de Angria y Gondal. Así, Charlotte comenzó a escribir a los doce años sobre aquel universo épico lleno de todas las aventuras que no podían vivir en aquella encorsetada sociedad inglesa. Las tres hermanas se aficionaron a escribir e incluso mandaban sus manuscritos de poesía a las editoriales bajo seudónimos masculinos. Éstos eran Currer, Ellis y Acton Bell, siempre con la primera inicial igual que la de sus verdaderos nombres.

“Hablando seriamente, creo que en el mundo no hay un ser que me ame con mayor pureza e intensidad que tú, Jane, que le de uno nuevo y limpio, que le cambie ese corazón de piedra por uno de carne.” Jane Eyre.

De esta forma, en 1847 Charlotte publica Jane Eyre bajo el seudónimo de Currer Bell. Con numerosas adaptaciones cinematográficas desde 1918, se considera una novela autobiográfica en la que la autora reivindica el papel de la mujer más allá de los convencionalismos sociales. Se trata de un libro innovador que fue muy polémico cuando se publicó y que aún hoy sigue causando interés. Ese mismo año, su hermana Emily publicó Cumbres Borrascosas y Anne escribió su novela Agnes Grey. Cuando volvieron de la ciudad tras la publicación de sus obras, se encontraron a su hermano Branwell a punto de morir de tuberculosis. Emily murió en 1848 y Anne en 1849 por la misma enfermedad.

Haworth, el pueblo donde creció Charlotte
Haworth, el pueblo donde creció Charlotte

Charlotte se casó en 1854, a los 38 años, con Arthur Bell Nichols, sacerdote que trabajaba con su padre y de quien habían tomado los seudónimos. Tras nueve meses de matrimonio y estando embarazada, murió también de tuberculosis. Además de Jane Eyre, publicó Shirley en 1849 y Villette en 1853.

“Sus ojos están fijos en el suelo; pero estoy segura de que no está mirándolo; su mirada parece ver a su interior, como quien recuerda, no como quien ve lo presente”. Jane Eyre.

La literatura supuso para las hermanas Brontë una forma de evasión de la realidad. Sus novelas llenas de pasión contrastaban con su vida tranquila y tradicional. Sin embargo, el día a día de Charlotte puede verse reflejado en sus libros. Su papel como huérfana de madre, la austeridad de su padre o su apasionado amor secreto con su profesor son sólo algunos de los rasgos paralelos que pueden identificarse entre sus obras y su propia vida. Hoy, 200 años después de que la escritora naciera, su mayor obra sigue considerándose un clásico de la literatura inglesa y, sin duda alguna, seguirá siendo adaptada tanto para el cine como para la televisión. Su valor radica en que se trata de una novela que abarca cuestiones atemporales y que supo deshacerse de todas las ataduras del contexto en que fue escrita. Así, Charlotte Brontë reflejó su vida a través de Jane Eyre y contribuyó a que el papel de la mujer fuera más allá de la vida doméstica.

«Se supone que las mujeres generalmente son muy calmadas, pero las mujeres sienten tanto como los hombres, necesitan ejercicio para sus facultades y un terreno para encaminar sus esfuerzos tanto como sus hermanos; sufren las restricciones rígidas, el estancamiento absoluto con la misma intensidad que las sufrirían los hombres y es estrechez mental que sus compañeros privilegiados afirmen que ellas deberían dedicarse exclusivamente a hacer pasteles y a tejer calcetines, a tocar el piano y a bordar. Es insensato condenarlas o reírse de ellas si buscan hacer más cosas o aprender más de lo que la costumbre ha señalado que es necesario para su sexo.» Jane Eyre.

200 años en los que se ha avanzado mucho pero en los que aún no se ha conseguido todo. Por ello, Charlotte Brontë se alza como figura femenina que reivindica la libertad de las mujeres frente a los hombres, como seres con más inquietudes que tener hijos y casarse. Así, si bien su vida fue tranquila y sin grandes aventuras, sus novelas reflejan toda la riqueza y rebeldía de su mundo interior y la necesidad de plasmarlo en palabras, dejando una huella imborrable para las futuras generaciones.

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Laura Antolínez Parrado

"En cuestiones de cultura y saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da". Antonio Machado

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