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Dennis García: «Soy un cuentacuentos»

Dennis García

Son las 12 de la mañana del sábado, una hora menos en Canarias. No es temprano, pero es fin de semana, de modo que la pereza se acurruca en la cama y, como una mala conciencia, sugiere dedicar el día a no hacer nada. Al otro lado de la pantalla de un ordenador encontramos a Dennis García, un joven canario de aspecto hípster con tintes burtonianos: gafas de pasta, pelo revuelto y desaliñado… Y es que el cartel de su última producción, que luce estratégicamente colocado al fondo, nos sugiere que no es un look mañanero sino una forma de ser.

Estudió Producción Audiovisual en La Guancha (Tenerife) y ha dirigido, de momento, dos cortometrajes: Selfish (Gran Premio del Jurado y Premio del Público en el festival de Cine y Redes de Tenerife y tercer premio en el Orillia Film Festival de Canadá) e Infame (Premio Distribución Internacional en el III FIC de Gáldar ex aequo con Vasni Ramos), ambos con bastante proyección internacional, al haber sido seleccionados en festivales fuera de España. De hecho, según nos cuenta este protocineasta, hace poco que han cedido los derechos de autor de Selfish a una empresa japonesa y ya está planeando su viaje al próximo Festival de Cannes en busca de financiación para nuevos proyectos.

Con apenas 22 años, Dennis García se muestra realista en cuanto a sus posibilidades en el mundo del cine. Hoy, cualquiera con un smartphone puede sentirse Martin Scorsese o Alfred Hitchcock y perderse en la vorágine de la mediocridad y lo previsible. Este joven resalta constantemente la importancia de la formación, criticando a quienes infravaloran el trabajo y la técnica que se esconde detrás de las producciones. Afirma que el cortometraje, que para muchos es el universo donde se gesta la cantera de los futuros cineastas españoles, es la herramienta perfecta para ensayar.

A pesar de que sólo tiene dos cortos, vemos que ambos son muy diferentes. ¿Cuál ha sido la evolución de Infame?

Yo creo que ha habido, sobre todo, una evolución técnica. Infame es un producción un poco más grande que la anterior y me involucré en muchos más aspectos. El guión fue reescrito unas catorce veces, las limitaciones en cuanto a presupuesto nos hicieron cambiar la ubicación que en un principio teníamos pensada… En fin, hubo muchos errores de los que aprendí, pero estoy contento con el resultado.

Recientemente ha surgido la noticia sobre la investigación de un supuesto fraude en las subvenciones del Ministerio de Cultura a las productoras de películas españolas. Desde el punto de vista de alguien que no recibe ayudas públicas, ¿cree que se necesita mucho dinero para hacer cine?

Al principio está claro que tienes que ir con tus propios medios. En mi caso, por ejemplo, todo el dinero que recaudamos en el primer corto lo invertimos en el segundo, y así seguiremos poco a poco. Si te quieres dedicar a esto, lo primero que tienes que hacer es formarte y ahorrar de alguna manera con tus trabajitos para bodas, videoclips, etc. Así vas adquiriendo equipo y contactos. Hoy en día, con una DSLR o una buena réflex y unos buenos conocimientos de iluminación puedes grabar algo decente y son accesibles en cuanto a precios. Está claro que cuantos más medios tengas podrás hacer más virguerías, contratar actores más preparados, etc. Pero, en realidad, lo que más se valora es la idea.

«De un mal guión no se puede hacer una buena película, pero de un buen guión sí se puede hacer una mala»

¿Diría que es difícil tener una idea original?

Es muy difícil. Siempre pongo de ejemplo a Tarantino porque a veces se le critica por hacer una amalgama de estilos. Realmente, esa mezcla es su propio estilo. Todo lo que se hace hoy es copia y reciclado, pero la clave está en copiar a tu manera elementos que te gustan o te sirven y crear algo por ti mismo. Odio ir al cine y ver lo de siempre.

También es muy importante tener un buen guión. Si no tienes esa base poco puedes hacer. Hay una frase que dice que de un mal guión no se puede hacer una buena película, pero de un buen guión sí se puede hacer una mala.

En ambos cortos aparece como director y guionista. ¿En qué papel se siente más cómodo?

He trabajado en diferentes puestos, pero la verdad es que yo no me considero guionista. Aparezco como tal en los cortos por el feedback que hago pero soy más bien un cuentacuentos, no un creador de cuentos. Me siento más cómodo como director, que defino como un gestor de talentos con gusto. Es aquél al que los miembros del equipo le van ofreciendo ideas y se encarga de decirle sí o no y conjugarlas. Además, me gusta mucho el tema técnico, el montaje y también la dirección de actores, aunque no me ha dado tiempo de formarme mucho en ese campo. Con el tiempo espero adquirir más experiencia en esos puntos y sentirme lo suficientemente capacitado para dirigir un largometraje.

 

García reitera que no se siente preparado aún para dirigir un largometraje. Prefiere sondear más estilos e ir definiendo el suyo propio antes de embarcarse en un proyecto mayor: “Primero tienes que conocerte a ti mismo. Si haces una película larga, normalita, y no eres conocido no la va a ver nadie. En cambio, un corto de unos 5 o 10 minutos te puede llegar a funcionar de una forma u otra”. Hacer un cortometraje puede parecer una tarea sencilla para quienes no están familiarizados con este proceso técnico y creativo, debido a la duración de la pieza. Sin embargo, explica García, en una producción suceden muchas cosas. Hacia el final de Infame, los roces con el director de fotografía –que además es un familiar– terminaron por erosionar la relación: “Cuando no hay presupuesto la gente huye y tú terminas exhausto de solucionar problemas y pedir favores. En las producciones pequeñas tienes que trabajar más codo con codo y eso a veces crea tensiones. Es importante crear un clima de trabajo agradable y saber que todos trabajamos hacia la misma dirección”.

 

Dicen que no hay que mezclar la familia y los negocios…

Y es cierto. Lo que ganas en confianza lo pierdes en profesionalidad. Incluso como director, uno tiende a tratar a los miembros de la familia de un modo distinto al resto en los rodajes. Pero bueno, al final las cosas no salen tan mal.

¿Qué tiene que tener un buen corto o una buena película para que funcione?

Para mí no todo el cine es cine. La clave del “arte moderno”, refiriéndonos al séptimo arte, tiene que tener un mensaje, aportar algo. Si no, no tiene sentido. Ahí es donde se traza la línea entre el cine comercial y el cine más puro, entre el entretenimiento y la moraleja. Para ello hay que cuidar también las formas, si una película no transmite lo que quiere decir, aunque el mensaje sea malo, no es cine.

En Selfish está claro el mensaje de crítica hacia la tecnología. En Infame nos sucedió que quisimos hacer algo de terror pero no teníamos un mensaje. Entonces empezamos a trabajar en la idea y derivó hacia esta especie de thriller sobre la dualidad del éxito y el fracaso en una misma frecuencia.

¿Cuál diría que es su estilo?

La verdad es que me gustaría hacer cosas diferentes para seguir probando, pero creo que dirijo hacia la comedia. Me encanta hacer reír. Pero también la ciencia ficción y el futurismo me llaman la atención porque es un género donde puedes inventar la sociedad y deformarla, y a través de eso criticar a la actual. Creo que ese componente de mundo atemporal va a estar muy presente en mis trabajos.

El perfil: Dennis García en 8 preguntas

  1. Si fuera el personaje de una película o una serie, ¿cuál elegirías?

Hank Moody, de la serie Californication

  1. ¿Con qué actriz ligaría si tuviera la oportunidad?

Marion Cotillard

  1. ¿Con qué director de cine te gustaría trabajar?

Con Tarantino, sin duda

  1. ¿Qué secuela o precuela le gustaría que se hiciese?

Quisiera más secuelas de El señor de los anillos (Peter Jackson, 2001) por ese mundo que ha creado J.R.R Tolkien. Pero bien hechas, no al estilo El Hobbit.

  1. ¿Cuál es la película que más detesta?

Boyhood (Richard Linklater, 2014). Es increíble cómo está hecha pero no tiene un buen guión. Me destroza que ganara el Óscar porque no es cine, es un documental.

  1. ¿Cuál es su obsesión al dirigir?

Soy un obseso de la estabilidad en los planos, me gusta que todo fluya sin movimientos extraños de cámara.

  1. ¿Cuál es su película favorita?

No tengo una en concreto, pero mis Top 3 son Pulp fiction, American Beauty e Interestellar

  1. ¿Qué querría ser cuando sea (más) mayor?

Un director de cine, no famoso, sino que viva de su trabajo (aunque si ganamos un Oscar no voy a despreciarlo, claro)

 

Ingrid Ortiz Viera

Soy una completa ignorante o tal vez una aprendiz incansable. Cuanto más viajo, más me doy cuenta de lo que me queda por ver; cuanto más leo, más autores quiero descubrir; cuanto más vivo, soy más consciente de lo que me queda por saber...

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