Daniel Rimón se define a sí mismo como ACTOR. Con mayúsculas. Porque actuar, en sus propias palabras, es la pasión que le mueve, que le quema las entrañas y le acelera el corazón. Sin embargo, en su proyecto más ambicioso hasta el momento, su papel va mucho más allá: además de meterse en la piel de uno de los personajes protagonistas, es el creador y el productor ejecutivo. Nos referimos a Alone – La serie, una webserie de doce capítulos que desde su estreno a través de Youtube el pasado mes de diciembre no ha parado de recolectar halagos y nominaciones.
“Siempre he tenido la teoría, a lo mejor un poco dramática, de que las personas pueden dar un cambio brutal en su comportamiento cuando no están bajo vigilancia y las normas desaparecen”, explica Rimón. Por ello, partiendo de esa idea, creó el germen de Alone -que luego desarrollaría junto a la guionista Susana Mercado-, un drama psicológico centrado en cómo reacciona el ser humano cuando un virus termina con el 95% de la población y en los dilemas morales que se les plantean a los protagonistas conforme la trama avanza.
Rimón terminó la biblia del proyecto -nombre que recibe la memoria introductoria- entre el 2011 y el 2012, época en la que The Walking Dead ya estaba en boca de todos, y debido a las similitudes que podía haber entre ambos proyectos, sumado a la lógica falta de presupuesto de una producción propia que hacía inviable llevarla a la televisión, decidió apostar por las nuevas plataformas. “En aquel momento vi que el contenido digital estaba empezando a crecer una barbaridad y daba una serie de oportunidades que la televisión no otorgaba. Aposté por esto, con propia financiación, lo que me permitió sacar el proyecto adelante con la idea original, sin cambiarla nada. El paso de los años ha demostrado que el contenido digital ahora mismo es el presente”, asegura.
Todos sus ahorros
La decisión fue arriesgada. En primer lugar, porque se gastó todo el dinero que tenía ahorrado para sacarla adelante. Fue un all-in sin tener seguro la mano ganadora. Además, este tipo de consumo digital no se encontraba tan arraigado en la sociedad como lo está ahora, con plataformas como Netflix, HBO o incluso Flooxer o Playz comiéndose el mercado. Rimón encontró en Youtube el canal perfecto de distribución, accesible a millones de personas, que no le cohibía a la hora de hacer los contenidos, a pesar de que no fuese a sacar réditos de ello. «Alone no está diseñado como un proyecto rentable. Yo esto lo sabía desde el minuto uno. Sino para que llegue al mayor número de personas posibles y sea un escaparate para todos los miembros del equipo”, reconoce.
Por ello, todos los que han formado parte de la webserie lo han hecho con una implicación total, sin remuneración. Tanto el director, Juanma Juárez, como la guionista o los actores, que son una mezcla de conocidos suyos de otros proyectos, para los que prácticamente diseñó el papel, con otros que llegaron por casting, hicieron su trabajo, como se dice habitualmente, por amor al arte. “Entiendo que la gente crea en Alone pero a mí me sabe mal no haber podido pagar un salario como tal. La gente ha colaborado de manera ciega en el proyecto”, cuenta Rimón con un deje simultáneo de orgullo y tristeza en la voz.
Al menos sí que está cumpliendo el objetivo marcado -servir como escaparate- pues desde enero la serie ha entrado en numerosas selecciones oficiales de festivales especializados en este ámbito. Rimón consiguió una distribuidora que apostó por ella desde el primer momento y esta comenzó a mover Alone por los principales eventos de webseries nacionales e internacionales, consiguiendo siete selecciones en algunos importantes como el Festival Internacional de cine de Fuengirola, el Roma Web Fest, Los Ángeles Web Serie Festival, o el International Online Web Fest, con tan solo tres meses de distribución. “Lo que hemos conseguido es un orgullo para todo el equipo”, afirma su creador, que no descarta “ninguna puerta ni ninguna ventana” para el futuro.
