Junk Club y la clandestinidad vanguardista

La originalidad y creatividad que caracteriza al Grupo La Musa desde que abrieron su primer local en 1995 en el barrio de Malasaña llegó un poco más lejos con la aparición de Junk Club. Grupo La Musa cuenta con cinco restaurantes: La Musa (Malasaña), La Musa Latina, Ojalá, Cafetería HD y Junk Club, a cada cual más llamativo y agradable. La filosofía de sus creadores no es otra que la de «un proyecto basado en la creatividad y en una visión que va mucho más allá de la restauración».

Pero el toque más innovador y vanguardista se encuentra en el sótano del restaurante La Musa Latina. Junk Club, un espacio clandestino –en sus inicios, pues ahora es bastante conocido gracias al boca oreja al que se accedía con una contraseña que se facilitaba momentos antes de la cena, no deja indiferente a nadie.

A la entrada, un pasillo con una barra y taburetes en el que ya se aprecia el ambiente que caracteriza a este original sitio. Cuando por fin se accede al salón en el que tendrá lugar la cena son curiosas las sensaciones que se experimentan al encontrar un absoluto eclecticismo, que te hace viajar hasta un pasado muy remoto perteneciente a la juventud (o niñez) en la mayoría de los casos. Los años 80 se apoderan de un espacio decorado con sillas completamente diferentes las unas de las otras, pero todas sacadas de una cotidianeidad más que latente de años atrás. Con las mesas ocurre lo mismo, haciendo que los comensales reflexionen sobre si ese mobiliario podría haber sido sustraído perfectamente de las casas de sus abuelos. Cubertería y vajilla ochenteras. Alfombras, muñecas, máquinas de coser, cuadros de antaño y multitud de lámparas que no casan entre sí.

Antes de que el magnífico y sofisticado servicio tome nota sobre la comida, llevan a la mesa un cubo con un variado surtido de cervezas alemanas para escoger al gusto. La carta llega a continuación en una carpeta azul de tamaño cuartilla a modo de reliquia de los años de colegio. La variedad de la misma es escasa. Podemos encontrar los platos más tradicionales (pollo con una lata de Mahou incrustada en el trasero) cruzada con un toque vanguardista (Bomba de pizza) muy acorde con la decoración. Y aunque la comida pueda sorprender desde el punto de vista estético, gana con creces la decoración, el ambiente, el servicio y en definitiva la magia del lugar.

Es básicamente un rincón de Madrid que no pasa, ni debe pasar, desapercibido y que reúne las características que, cada vez más, están calando en los ciudadanos que buscan espacios diferentes fuera de lo puramente convencional.

 

Costanilla de San Andrés, 12 (La Latina)

Tel. 671 54 18 22 

Horario: miércoles y jueves, de 21.00 a 1.00; viernes y sábados, de 21.00 a 2.00; domingos, de 14.00 a 20.00.

Precio medio: 25€

 

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