La vida nos lo pone difícil. Dinero, casa, familia, trabajo, ¿felicidad?, … Somos esclavos de la sociedad en la que hemos nacido. Seguimos unos mismos patrones y estos son quienes, muchas veces, delimitan nuestros esquemas mentales. Todo aquello que se escapa de la norma es, como mínimo, señalado y, en ocasiones, duramente criticado.
En este contexto arranca Model Citizens, la nueva propuesta de Circus Oz, una compañía de espectáculos que nació en Melbourne, Australia, en 1978. Desde entonces, han creado magníficas puestas en escena que se combinan con acrobacias imposibles, y una crítica social aplaudida en cualquier parte del mundo, que pone en entredicho temas que nos afectan a todos.
En escena, especializados malabaristas, contorsionistas… entre los que encontramos a; Lachlau Sucroo, Jake Silvestro, Annalise Moore, Jarred Dewey, Freyja Edvey, Tania Cervantes Chamorro, Rose Chalker McGann o Tara Silcock. Circenses que, bajo la dirección de Rob Tannion, embellecen con cada uno de sus movimientos un escenario que tiñe de color a medida que los números van cambiando.
La representación comienza con la presentación de estos ciudadanos modelo.
Con ropa del mismo color, una postura adecuadamente decorosa y con la intención de “amaestrar” a cada una de las personas que quieran pasar a formar parte de su selecto grupo, saludan a un nuevo integrante del mismo. Un ciudadano a simple vista diferente; de pelo rosa, tatuajes visibles y un traje amarillo que contrasta de pleno con el vestuario del resto de protagonistas.
El teatro se convierte entonces en escenario perfecto para la fiesta de bienvenida.
Elementos gigantes irrumpen en el espacio; tijeras, pinzas, ropa interior (calzoncillos y bragas enormes), zapatos con voluminosas plataformas que simulan planchas para dejar la ropa impoluta e, incluso, tarjetas de crédito con las que enseguida construyen una columna, escalada por uno de los actores.
Fuerza, voluntad, trabajo y equipo se funden para demostrarnos que el circo es un show con un sensacional atractivo, que ofrece infinitas posibilidades, y a través del cual podemos transmitir un potente mensaje.
Buena parte del elenco son mujeres que, en un momento del segundo acto, en aras de reivindicar el empoderamiento femenino, se aferran las unas a las otras creando un alto pilar donde cada una de ellas es imprescindible.
Una exhibición que culmina con un vertiginoso final en lo más alto del teatro. Personajes que vuelan y manifiestas dotes de elasticidad sobre un puente colgante, que amenaza con movimientos inesperados a cada segundo que pasa.
Cuenta con música en directo durante toda la representación, de la mano de Ania Reynolds, directora musical.
Circus Oz Model Citizens, hasta el 11 de noviembre en el Teatro Circo Price.