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Aranzazu Serrano: «‘Neimhaim’ creció y maduró al mismo ritmo que yo»

Aranzazu Serrano, autora de la novela Neimhaim
Aranzazu Serrano, autora de la novela Neimhaim
Aranzazu Serrano con Neimhaim, su primera novela (Fotografía: Jorge París)

 

Neimhaim, la primera novela publicada de la periodista Aranzazu Serrano, empezó su andadura hace veinticuatro años tras un sueño que tuvo. Durante mucho tiempo, su autora creó un mundo de fantasía épica con ambientación nórdica que bebía de la cultura celta y los mitos vikingos.

Escribía para ella con la única meta de ver acabada la historia que había surgido en su mente. Sin embargo, cuando terminó de corregirla, decidió dar otro paso más y la envió a varias editoriales. La novela fue publicada en julio del 2015 por el sello editorial Fantascy, perteneciente al grupo Penguin Random House. En tan solo dos meses se agotaron los 3.500 ejemplares de su primera edición y quedó finalista como mejor novela nacional en los Premios Ignotus y los Premios Kelvin.

Neimhaim ya ha vendido los derechos de adaptación en Turquía y ahora está celebrando el lanzamiento de su tercera edición.

 

CULTURA JOVEN: Se suele decir que un autor no escribe de la misma forma siempre, ya que el paso de los años y las experiencias va cambiando su manera de contar las cosas. En su caso, empezó la novela a los dieciocho años. Quince años después la terminó. Cuando comenzó la corrección, ¿notó que se había producido un gran cambio en su forma de escribir?, ¿le costó mucho unificar el tono de toda la novela?

ARANZAZU: Desde luego se nota el paso de los años en tu huella narrativa. Es muy grande el cambio en la habilidad y el dominio del lenguaje (y más en mi caso que, como periodista, el lenguaje es mi herramienta diaria de trabajo), pero especialmente se nota en la madurez de los textos, de la historia y de la concepción de los personajes. Me costó cuatro años revisar la novela para que mantuviera el mismo tono, y algunas cosas resultaron imposibles de cambiar, como la inocencia de la trama y de los personajes al principio de la historia. Afortunadamente, como los personajes maduraron conmigo, guarda una gran coherencia con la propia evolución y maduración de los protagonistas. Resumiendo: Neimhaim creció y maduró al mismo ritmo que yo.

CJ: ¿Qué tipo de escenas le tocó retocar o pulir más?

A: Sobre todo las de la primera parte. Algunas escenas eran totalmente pueriles (desde mi punto de vista actual) y las eliminé por completo. Ciertos diálogos originales también eran tan ridículos que me daba la risa. Afortunadamente, nada de eso queda ya en el libro que está en las librerías.

CJ: El germen de Neimhaim fue un sueño que tuvo, ¿a lo largo del proceso de creación tuvo más sueños relacionados con lo que había empezado a escribir?

A: Sí, desde luego. Yo fantaseaba con Neimhaim constantemente, me encantaba recrearme en la historia de los protagonistas, como he dicho muchas veces, era mi refugio personal, como Bastian cuando leía La historia interminable. Así que, inevitablemente, soñaba con ello a menudo, y muchos de esos sueños me guiaron en la historia.

CJ: ¿Qué desarrolló primero: los personajes o el mundo?

A: El mundo y los personajes vinieron al mundo juntos en el sueño, es decir, los protagonistas ya estaban situados en el contexto de dos pueblos antagónicos (uno amante de la guerra y otro pacífico, protector de la vida) que tenían que unirse por necesidad. Pero si te refieres a lo que se denomina worldbuilding, eso llegó después. Ya tenía la trama entre manos, y luego tuve la idea de insertarla a modo de balada en la mitología nórdica, de manera que envolví la historia en un contexto cultural nórdico.

CJ: Aproximadamente, ¿cuánto tiempo le llevó crear el mundo?, ¿lo fue modificando a media que escribía?

A: Diría que la creación del mundo es, al menos en mi caso, un proceso que va íntimamente unido al de la creación de la historia. Ha durado tanto tiempo como el que he tardado en escribirla, porque nunca he dejado de añadir detalles, de profundizar en la cultura propia de los dos clanes que habitan Neimhaim (los kranyal y los djendel), sus costumbres y su forma de sentir y de pensar. De hecho, el mundo sigue creciendo en detalles en esta segunda saga que estoy preparando, y creo que nunca dejará de hacerlo hasta que termine la última frase. Por supuesto, no todo vale, algunos detalles que pensé en un principio los descarté, todo para dar mayor coherencia, sentido y realismo. Aunque sea un libro de fantasía siempre me he esforzado en que resulte creíble, tal y como hizo Frank Herbert con Dune.

CJ: ¿Se inspiró en algún libro o película?

A: No directamente, pero sí he tenido muchos referentes, tanto literarios como cinematográficos. Como ya he dicho, Dune de Frank Herbert ha sido para mí un gran referente en lo que se refiere a la construcción y coherencia de un mundo, también en el halo mesiánico de sus protagonistas y en lo místico de su historia, y en cómo maneja el paso del tiempo en el mundo que ha creado. La saga Darkover, de Marion Zimmer Bradley, ha sido también una gran influencia para mí, por cómo plantea un choque cultural entre dos civilizaciones totalmente diferentes (en su caso: una tecnológica y otra medieval), y cómo afecta eso a sus relaciones. Y ha sido muy curioso encontrarme a posteriori en Neimhaim influencia de películas que me gustaron mucho a lo largo de mi vida, como La princesa prometida, Willow, El lago azul, ¡incluso Star Wars!

CJ: Neimhaim ha agotado su segunda edición y están preparando una tercera, ahora que ha visto la buena acogida que tiene, ¿le dedica más tiempo a la escritura?

A: Ojalá pudiera dedicarle más tiempo. Los ingresos que un escritor recibe por su libro, lamentablemente, no son suficientes para hacer de la escritura una profesión al 100%, al menos en mi caso, y eso a pesar del gran éxito que ha tenido Neimhaim. Así que tengo que compatibilizarlo con el trabajo y la vida familiar, ¡porque tener un hijo de 8 años también lleva su tiempo!

CJ: ¿Escribe de forma cronológica o prefiere ir contando lo que en ese momento le apetece desarrollar y luego lo une todo?

A: Normalmente escribo de forma cronológica, contengo mis ganas de contar algo que sé que va a ocurrir más adelante porque corrijo mucho y después no quiero tener que cambiarlo todo. Pero ha habido momentos en los que he tenido un «ramalazo de inspiración» respecto a una escena más adelantada y la he escrito antes de tiempo.

CJ: ¿Por qué eligió ese aspecto albino para los protagonistas?

A: Siempre me han fascinado los albinos. Me parecen criaturas extraordinarias, dotadas de un halo místico, lamentablemente no todo el mundo las ve como yo, y los albinos son perseguidos o excluidos en muchas sociedades. Pero en Neimhaim los personajes albinos tienen un trasfondo de carácter divino, enraizado con las fuerzas del norte y del invierno. Supongo que esa fascinación por el albinismo me llegó a través de Elric de Melniboné de Michael Moorcock, para mí uno de los grandes personajes de la historia de la literatura heroica, aunque en este caso su albinismo sea consecuencia de una decadencia genética, muy en consonancia con el antihéroe que es.

'Neimhaim' junto a una de las tazas que de merchandising de la novela Ⓒ Cristina García
‘Neimhaim’ junto a una de las tazas que de merchandising de la novela Ⓒ Cristina García

CJ: En una entrevista contó que Illzareth no estaba inicialmente en la novela, ¿cómo surgió este personaje?, ¿introducirlo en la historia le supuso cambiar muchas cosas?

A: Illzar no estaba en ese sueño que conformó el gérmen de Neimhaim, como tampoco muchos otros personajes que han terminado siendo una seña de identidad en la novela, como Nordkinn, Vije, Zheit y Shöjka y Lhuan. Todos ellos llegaron por el camino, según la novela iba avanzando en mi cabeza. Illzar llegó después de que viera la película de animación Ferngully, concretamente por el personaje de Pips. Eso me dio la idea de introducir un ser faérico lleno de picardía, un contrapunto muy necesario al peso drámatico del resto de personajes. Y sé que es el preferido de muchos lectores y lectoras.

CJ: Los escritores suelen volcar una parte de ellos en la historia y en los personajes, ¿qué protagonista tiene más afinidades con usted?

A: Es inevitable que tus experiencias, tus emociones y parte de tu ser se cuele en algo de tu creación, especialmente si tu nivel de implicación es grande, y en mi caso lo fue. Hay mucho de mí en los personajes de Neimhaim, pero diría que está repartido: comparto con Ailsa su arrojo e impulsividad, su amor por las artes del combate y, a veces, también su obstinación. Saghan tiene de mí el gran amor que siento por la naturaleza y por la protección de la vida, Vije es mi yo más ingenuo y positivo, el que es capaz de ver lo mejor en las peores situaciones. También comparto con Illzar su lado pícaro y su inclinación por la sensualidad. Sigfred es ese afán que tengo por hacer siempre lo correcto, aunque termine metiendo la pata por el camino…

CJ: ¿Hubo alguna situación personal que utilizó para escribir cierta escena?

A: La idea de la posada del Valle del Trébol me la dio una vivencia que tuve en la Abadía de Saint Antoine, una construcción medieval situada en un pueblo del mismo nombre cerca de Grenoble (Francia). La peculiaridad de esta abadía es que no estaba regida por monjes ni monjas, sino por una comunidad laica autosuficiente que seguía los preceptos de Gandhi y que acogían a cualquier viajero que quisiera alojarse con ellos. Dos ancianos, un hombre y una mujer, estaban al frente de la comunidad, y ofrecían comida y cama a cambio de trabajo en las labores de la abadía, como trabajar en la huerta, en la cocina o la lavandería, limpiar, hacer el pan, etc. Junto con unas amigas, pasé un verano allí en 1999, cuando acababa de terminar la universidad. La experiencia me dejó una profunda huella, y me sirvió de inspiración para esa posada, y la idea de que acoge a muchas personas de diferente origen, y que deben colaborar para sobrevivir durante el invierno.

CJ: Aunque Neimhaim es una saga, sus libros son autoconclusivos ya que cada uno de ellos relata la historia de una generación. ¿Cuándo cree que terminará de escribir la segunda parte?, ¿la publicará también con la editorial Fantascy?

A: Actualmente me encuentro en el 95% del primer borrador, y creo que tendrá una extensión de unas 500 páginas. Después volveré a corregir todo el libro desde el principio, para tener una visión general de conjunto, añadir más detalles, quitar cosas que no me convenzan, perfilar mejor la psicología de los personajes, pulir los posibles cabos sueltos de la historia, etc. Calculo que eso me llevará dos meses. Después me gustaría dejar el libro a varias personas de las que me interesa saber su opinión. Cuando reciba este feedback haré una nueva revisión, esta más rápida, y lo enviaré a la editorial. Luego la editorial tiene su propio calendario y sus tiempos (el libro tiene que ser evaluado por sus lectores y por la editora) y tiene que dar su ok, así que diría que si todo va bien calculo que podría ser publicado a finales de este año o principios de 2018. Sé que para muchos lectores este tiempo de espera es un martirio (yo también soy lectora de sagas como Canción de Hielo y Fuego, así que lo entiendo muy bien), de modo que para hacerlo más llevadero durante ese tiempo iré presentando a los nuevos personajes y también es posible que muestre algunos fragmentos.

CJ: ¿Qué significa la fantasía para usted?

A: El aire que respiro, mi alimento. Si no hubiera fantasía en mi vida sería como una planta que no recibe agua ni luz del sol, me mustiaría.

CJ: ¿Cuáles son sus autores actuales de fantasía favoritos?

A: En estos últimos años he leído por primera vez a Joe Abercrombie y Brandon Sanderson, y me han gustado muchísimo los dos, cada uno a su manera, aunque creo que disfruto más con Abercrombie. El relato de El zoo de papel de Ken Liu también me ha dejado alucinada y tengo curiosidad por leer La historia de tu vida, de Ted Chiang. Hace unos años me fascinó El atlas de las nubes, de David Mitchell. Y aunque barra para dentro no puedo dejar de mencionar a Concepción Perea, que con su Corte de los Espejos me ha dado una lección sobre lo elevada que puede ser la literatura fantástica española. Me ha gustado mucho también descubrir a Marc Pastor. Y de Juan Cuadra, Guillem López y David B. Gil también me han contado maravillas, los tengo en la recámara.

CJ: ¿Hay algún libro que le haya marcado?

A: Muchos, pero te pongo tres: La historia interminable, Dune y Siddharta de Herman Hesse.

CJ: ¿Se ha planteado escribir más historias, aparte de las relacionadas con Neimhaim? ¿Serían también de fantasía o probaría con otro género?

A: Me encanta la ciencia-ficción, de hecho la primera novela que escribí, a los 15 años, era de viajes en el tiempo. Tengo algunas ideas para una novela corta de ciencia-ficción y también me gustaría probar con la literatura juvenil. He probado con el género histórico en algún relato, me ha gustado la experiencia pero me cuesta muchísimo ceñirme a los parámetros históricos, el cuerpo me pide ir siempre más allá. Pero estoy abierta a cualquier género, ¡quién sabe qué terminaré escribiendo dentro de 20 años!

Cristina García

Siempre he tenido mis monstruos, aunque nunca fueron a verme. Simplemente convivían conmigo. Y empecé a escribir para intentar aplacarlos. Aquello se convirtió en hábito cuando descubrí que con las letras podía mantenerlos encerrados. Así que construí mundos enteros. Después llegó el periodismo y, con él, el amor por la cultura.

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