Ana Isabel Díaz-Plaza: “La relación con la zona es fundamental para el desarrollo del centro”

A lo largo de la historia uno de los principales objetos de estudio del hombre ha sido él mismo. Siempre ávido de curiosear en su pasado, en costumbres culturales tanto propias como ajenas, en creencias y religiones. De ahí la importancia de la etnografía y, por extensión, de los museos etnográficos, santuarios donde quedan plasmadas las costumbres y tradiciones de los diferentes grupos humanos. Ana Isabel Díaz-Plaza, técnica superior en etnografía, nos cuenta la historia del Museo de Artes y Tradiciones Populares de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), donde trabaja, y nos descubre su nueva ubicación: una corrala del S. XIX.

Un duro trabajo. Así ha sido el proceso de traslado y catalogación de las, aproximadamente, 8.100 piezas que conforman el Museo de Artes y Tradiciones Populares de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). De unas antiguas aulas en el campus de Cantoblanco a una corrala del S.XIX situada en la calle Carlos Arniches, en La Latina, y a escasos metros del barrio de Lavapiés.

“La relación con la zona es fundamental para el desarrollo del centro y nos gustaría, en el futuro, constituir en ella un referente cultural”, comenta Díaz-Plaza que no duda en resaltar la multiculturalidad y el dinamismo que ahí se respiran y de los que se pretende empapar al centro. Con este objetivo, la dirección del museo ya ha establecido contacto con diversas asociaciones “para realizar exposiciones y actividades en conjunto”.

Un concurso convocado por la pasta dentífrica Profident fue el origen de todo. La ganadora, Dña. Guadalupe González-Hontoria, Doctora en Historia por la Universidad Complutense y fundadora del museo, se  dedicó a recorrer España, durante los años 60 y 70, en el Renault 4×4 que había recibido como premio. El resultado de su periplo fue la recopilación de unos 3000 objetos, pertenecientes a la artesanía y a las artes populares, que cedió a la UAM. De esta manera el museo quedaba constituido el 22 de mayo de 1973.

La corrala de la calle Arniches, conocida popularmente como «El Corralón», fue declarada en estado de ruina en el año 1993. Ana Isabel Díaz-Plaza repasa las anécdotas de este peculiar edificio mientras nos enseña el resultado de la reforma. Durante el recorrido, reivindica el papel que juega el museo como “conservador de bienes culturales” al permitir que “muchos de los objetos, hoy en desuso, no se pierdan”. “Al mostrarlos al público éste toma conciencia del valor de las tradiciones y de una forma individual comienza también a conservarlas”, añade.

Piezas relacionadas con la religiosidad popular, colecciones de cestería, de cerámica, textiles etc. Vestigios de los pueblos de España catalogados en estantes. En la actualidad, muchos de estos utensilios están recibiendo una nueva mirada, como es el caso de las sillas parteras ya que “en estos momentos muchas mujeres vuelven a optar por el parto de la forma más natural posible”, afirma Ana.

A los objetos cedidos por Dña. Guadalupe se suman los comprados por la propia universidad además de los adquiridos mediante donaciones de personas anónimas. La última tuvo lugar en diciembre. Los hijos de un artesano toledano, que había manifestado en vida la voluntad de donar sus herramientas, entregaron las mismas al centro tras su muerte. “Detrás de cada donación hay una pequeña historia que se conserva junto con los objetos y son (estas historias) las que realmente dan vida al museo”.

En la actualidad, intentando sortear la crisis a base de ingenio y con el traslado prácticamente acabado, tanto el Museo de Artes y Tradiciones Populares como el Centro Cultural La Corrala de la UAM, con el que comparte espacio, prevén iniciar sus actividades en un breve periodo de tiempo.

Ana nos adelanta que, seguramente, la primera exposición temporal del museo estará dedicada a las fiestas populares. Sin duda, una festiva manera de indagar en nuestro pasado más tradicional.

                               

Imágenes de Lucía Castillo

Deja una respuesta

Your email address will not be published.