Allí donde descansa Goya, bajo esa cúpula en la que representó el milagro de San Antonio, se encuentra la nueva exposición de la artista mexicana Denise De La Rue. El escenario no podría ser más idóneo, ya que la autora de la muestra desarrolla su arte a partir de cuadros pintados por el genio español.
Con una gran presencia internacional, Denise De La Rue juega con el dualismo entre pintura y fotografía como expresión recurrente en su arte. En la exposición Ángelas, que se puede visitar hasta el 2 de abril en la Ermita de San Antonio de la Florida, le da un giro a su técnica introduciendo el retrato fotográfico en el cuadro, creando una unidad que no se halla en previos trabajos. El lienzo que escoge en esta ocasión son cuadros con motivos celestiales de Francisco de Goya en los que sustituye a una de las figuras plasmadas por las imágenes de unas ángelas muy particulares.
Anna Castillo, Michelle Jenner, Claudia Traisac, Natalia De Molina y Juana Acosta se cuelan de esta forma en los retratos de Goya. La fotógrafa mexicana afirma que la elección de estas populares actrices españolas tiene que ver con el significado de la palabra ángel como mensajero: «Creo que tanto las ángelas como las actrices tienen puntos de encuentro y paralelismos; ambas son mensajeras, son transmisoras, son mujeres de poder».
Así pues, en La oración del huerto de Goya (1819), encontramos cómo Cristo ha sido sustituido por la ganadora del premio que lleva el mismo nombre que el pintor, Anna Castillo. Lo importante del cuadro es cómo Denise ha conseguido la continuidad de esa luz que sale del ángel en una diagonal que ilumina el rostro de Anna, quién levanta el gesto y la mano en su busca, lo que crea una estampa muy solemne. El resto de la imagen parece sumida en la sombra, en la que tan solo titila la pedrería del vestido que lleva la actriz.
Claudia Traisac aparece en La Verdad, el Tiempo y la Historia, (1800), refugiada en la luz que genera el ala del ángel que la acompaña. Por su parte, Juana Acosta se encuentra sumida en el cuadro más recargado, siendo la absoluta protagonista al situarse en el centro de la composición, rodeada de ángeles y querubines que parecen adorarla en La Asunción de la Virgen, (1812).
Goya pintó La Inmaculada Concepción entre 1783 y 1784; ahora su virgen es sustituida por Natalia de Molina con una imagen que, gracias al color de su vestido, parece fundirse en esa tonalidad dorada y apagada del cuadro. La única nota de color la aporta el orbe azul sobre el que se posa esta ganadora del Goya. Por último, Michelle Jenner se cambia por Tobías en la obra Tobías y el Ángel, (1787) en una estampa en el que el ser espiritual destaca por estar de pie, iluminado, mientras que la joven intérprete descansa en el lienzo de Goya. Es interesante cómo parece que ambos lleven prendas semejantes, ambas blancas y a la altura del muslo, que aparentan resbalarse por sus hombros.
La exposición de Denise De la Rue juega con el contraste entre los rostros borrosos de los seres celestiales pintados por Francisco de Goya y la claridad de la fotografía de las jóvenes actrices. Establece un diálogo entre el arte mural y un trabajo fotográfico tras el que ha surgido la reinterpretación contemporánea de Ángelas.
